CONSERVACIÓN AMBIENTAL
Conservación ambiental,
conservación de las especies, conservación de la naturaleza o protección de la
naturaleza son algunos de los nombres con que se conocen las distintas formas de
proteger y preservar el futuro de la naturaleza, el medio ambiente o,
específicamente, algunas de sus partes: la flora y la fauna, las distintas
especies, los distintos ecosistemas, los valores paisajísticos, entre otros.
Con el nombre de conservacionismo se designa al movimiento social que propugna
esa conservación. Una de sus vertientes es el movimiento ecologista.
Los conservacionistas, liderados
por el Presidente Theodore Roosevelt y su estrecho aliado Gifford Pinchot,
señalaron que la mayoría de los recursos naturales en los Estados occidentales
debían pertenecer al gobierno federal y el mejor curso de acción, argumentaron,
era un plan a largo plazo ideado por expertos nacionales para maximizar los
beneficios económicos a largo plazo de los recursos naturales.
Los ecologistas en cambio,
liderados por John Muir (1838–1914), predicaban que la naturaleza era sagrada y
los seres humanos son los intrusos que deberían mirar pero no desarollarla,
responsable de definir la posición ecologista, en el debate entre la
conservación y el ecologismo.
El ser humano, a medida que
avanza está destruyendo las pocas y últimas áreas salvajes o naturales que
quedan; está extinguiendo especies de plantas y animales; está perdiendo
germoplasma valioso de especies y variedades domésticas de plantas y animales;
está contaminando el mar, el aire, el suelo y las aguas, y el medio ambiente en
general. De seguir este proceso, las generaciones futuras no podrán ver ya
muchas cosas que hoy tenemos el placer de ver. Es más, el ser humano no sólo
está empobreciendo su entorno y a sí mismo, sino que está comprometiendo su
propia supervivencia como especie. La conservación de la naturaleza se da por
razones económicas, científicas, culturales, éticas, sociales y legales.
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